EsCKrituras: septiembre 2019

01 septiembre 2019

La celebración


Las familias tienen distintas costumbres, estilos, integrantes, formas de hacer las cosas, de enfrentarse a la vida y los retos del destino. Lo que hace cualquier familia en un típico día de domingo es compartir un almuerzo, una copa de vino, un puchito, un chiste fome, una demostración de magia, una presentación artística de las niñas, a veces un karaoke que nos deslumbra o que provoca gritos de “quitenle el micrófono”, la buena cueca de unos pocos avezados, una entretenida muestra de baile pascuense, y a veces ganarse un “¿otra vez en la mesa?”.

Están pensando “cierto, eso hace una familia, nuestra familia”, pero no. Nuestra familia hace un poquito más que eso, nuestra familia se preocupa por el otro, el hola por la mañana, un “¿cómo salieron los exámenes?”, el saludo de cumpleaños a personas que están y que no están en el grupo de WhatsApp, incluso a los que forman parte de la ya larga lista de personas que celebramos durante esta reunión.

Nuestra familia lo que hace es recordar a los suyos, vivos y muertos, celebrar lo que hicieron, lo que consiguieron, el esfuerzo, dedicación y pasión que pusieron para salir adelante, apoyar en las enfermedades, sobreponerse a los problemas, y alegrarse al ver que cada uno logra ser alguien en la vida.
Pero, ¿qué es “ser alguien en la vida”? Difícil pregunta, desde mi punto de vista ser alguien en la vida es lograr objetivos, pequeños pero importantes;
es tener el valor para pararse micrófono en mano y contar el mal chiste o cantar el karaoke;
es aprender a tocar guitarra y entregarle unos acordes a quienes están reunidos;
es lograr reunir a la familia año a año;
es tener la capacidad de organizar toda la logística de un día familiar para diez, cincuenta o cien personas;
es regalar a otros tu gusto por el baile;
es ofrecer un brindis a los que están y ser objeto de brindis cuando ya no estás;
es venirte de Curicó con la maleta llena de recuerdos de los que se quedaron y empezar a juntar cariño para los que vendrán detrás de ti;
es lograr dominar el difícil arte de la magia;
es conseguir para tu barrio una plaza o una pasarela;
es saber que uno de los tuyos lo pasó mal durante un tiempo pero tuvo el valor de traer a su nueva pareja;
es respirar hondo y traer pareja por primera vez, sabiendo que podrías ser objeto de burlas o bromas que igual sabes serán con cariño;
es tomar conciencia que para permanecer en el árbol familiar tienes invitarle un copete al encargado del árbol;
es compartir que sacaste tu título, que lograste entrar al instituto o universidad, conseguiste un nuevo trabajo, que al fin saliste del colegio, sabiendo que todos se alegrarán contigo;
es conseguir que la melodía "por una cabeza" provoque recuerdos gratos y sensaciones contradictorias;
es convencer a tus hijos grandes de que vengan a compartir en familia;
es que siendo niña, niño o adolescente logres darte cuenta que se puede lograr la felicidad sin celular caro o ropa de moda;
es conseguir que luego de 39 años de reuniones familiares sigamos diciendo “cuando la tía...”, “cuando tu papá...”, “recuerdo que...”, “se acuerdan cuando...”;
es tomar tu bebé recién nacido, emperifollarlo y traerlo para la presentación en sociedad, sabiendo que recibirá el cariño que ya conoces.

Ser alguien en la vida es ser querida, ser querido, es crecer, es aprender, es lograr metas, una a una, grandes y pequeñas, logros que vas sumando a los de tu círculo más íntimo, y juntos van creciendo, vas sumando cariño. Ser alguien en la vida es tener la confianza para compartir todo eso con otros, es unirte a ellos y poco a poco ver que juntos forman algo tremendo y al mismo tiempo todos forman parte de ti. Pensando eso, de pronto te ves como una hoja dentro de una rama de ese gran árbol familiar que se reúne año a año un día domingo común y corriente para almorzar y celebrarse a sí mismo.